
En 1996 hubo en Santiago de Chile un horrible hecho de sangre cuando un asaltante violó y asesinó a un menor de 9 años; El entonces presidente de la República, Eduardo Feri Ruiz-Tagle concedió el indulto presidencial, conmutando la pena a prisión perpetua efectiva.
Ese hecho, que en su momento tildé de covardía, me hace sentir ahora un sano orgullo por un sistema que no confía en si mismo, el estado y sus instituciones definen el espacio para que un hombre tenga la potestad de hacer sentir su sentir como hombre en un asunto; la decisión no fue de un mecanismo, sino de una persona, que hizo sentir su calidad de tal, con similar poder a toda una institucionalidad; y a pesar de que no necesariamente podemos estar de acuerdo con esa desicion particular, al menos respetamos el derecho del hombre a desidir.
Es sólo mi opinión
LV